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Patrimonio cultural

Arquitectura de la nostalgia

El patio es un espacio que se logra como resultado de lo que está construido en su entorno. Ese espacio contenido en el vacío, que se fragua entre columnas y corredores, el signo más extrañado de una disposición habitacional abatida por un presente de condominios y vértigo cotidiano. Ya no tendrán las señoras un corredor donde transitar sus rubores, ni las lluvias un patio para recogerse y abastecer en secano. Al observar los patios, la primera impresión que domina es la de esa frescura singular del ambiente, aromada de fragancia dulce.

Patio, si consultamos el Diccionario de la Real Academia Española, tiene más de una acepción y una la define textualmente: Espacio cerrado con paredes o galerías, que en las casas y otros edificios se deja al descubierto. Palabra que viene del latín Patuum, Patere, estar abierto. El patio es, pues, un claro abierto, obtenido por adición de elementos arquitectónicos. No es un espacio que se construye, es lo que queda vacío, sin construirse, dentro y alrededor de lo construido, es la nada. Siempre es el complemento integrador que une y organiza los espacios de la casa. Los patios se consiguen por la suma de diferentes variantes físico-espaciales y diversas disposiciones arquitectónicas y se entienden como su límite o periferia, las sucesivas y concadenadas columnas.

Puede haber diversos claros de luz y aire en una misma vivienda, como el patio medio, entre el comedor y la cocina; el patio secundario; el patio o corral de atrás, la huerta; el segundo patio con cocina y lavandero; y el patio de coches. El patio central es un hueco verde entre la techumbre roja. Vista a vuelo de pájaro, pudiera ser interpretado como el alma de un cuerpo o espacio fabricado, desnudo y rico ejerciendo acción propia. Es la traducción del jardín al interior de la vivienda. El visitante se apropia de la nada, del espacio vacío, para cargarla, Ilenarla y enriquecerla con actos de comportamiento social. El patio central es el punto centro de la vivienda, tanto por su disposición tipológica como dentro del esquema funcional, por el lugar donde aparece; no necesariamente es equidistante del resto de la vivienda.

Por ausencia del techo en el patio central, la vivienda se refresca, sirve de apertura sin obstáculos al paso del aire que entra por los corredores y circula hacia las recámaras; alivia la temperatura al escapar el calor una vez completado el circuito. También hace las veces de contacto directo con la tierra y las plantas; sosiega la vista y refresca al usuario de la vivienda. Conformados por una hilera de columnas, contornados por pórticos alineados en diferentes ejes, según como se hilara, originaba una planta cuadrada o rectangular; se conocen patios circulares o elípticos, pero son muy raros.

La implantación de esta arquitectura en Venezuela data del periodo colonial y su vigencia, hasta hace no mucho, estuvo presente en toda la arquitectura civil en la forma de concebir la vivienda criolla. Su presencia en nuestro país -debido a su situación geográfica tropical con temperaturas altas en tierras bajas, valles templados, llanuras y costa cálidas-prevaleció tanto en las construcciones civiles como en las militares, erigidas dentro del perímetro urbano o en áreas rurales aisladas.

El patio como espacio resultante tiene continuación tanto ambiental como visual en el corredor -extensión del patio-, teniendo como única diferencia que está bajo techo, lo que le aporta un placentero microclima. Patio y corredor no pueden divorciarse. Ambos se complementan y exaltan: el corredor es la parte del patio que está protegida del sol y la lluvia. A las recámaras con acceso desde el corredor solo se permitía el paso a los familiares, conservando así la intimidad y la distancia entre el visitante y el núcleo familiar. Las recámaras que constituyen los límites del corredor están conformadas por elementos sólidos, como paredes; y de penetración, ventanas y puertas.

Estos patios centrales con pisos de baldosas o cemento pulido fueron y son aprovechados para celebrar actos sociales como bautizos, fiestas de cumpleaños, piñatas, bailes y bodas. En numerosas casas, una porción del corredor se le atribuía el uso de comedor, cuando no existía una habitación para este fin en las viviendas.

 

Fuente: Revista Bigott, Anotaciones sobre la arquitectura. 2021