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Tradiciones venezolanas

Arquitectura indígena

Han pasado cinco siglos desde que los españoles conquistaron América y todavía tenemos la oportunidad de saber cómo eran las casas construidas por los indígenas antes de la conquista. Debido a su ubicación (lejos de los centros urbanos) hoy existe en Venezuela una periferia indígena donde perviven buena parte de sus costumbres ancestrales entre las que figuran los sistemas de construcción de sus casas.

En la extensa región ubicada al sur del río Orinoco, constituida por los estados Bolívar, Amazonas y el Delta del mismo río, todavía en la actualidad viven distintas poblaciones indígenas. Sus viviendas actuales no se diferencian mucho de las utilizadas por ellos mismos en los tiempos prehispánicos. Las tribus indígenas han vivido hasta ahora al margen del proceso civilizatorio de la cultura de occidente. Sus materiales, formas y técnicas constructivas siguen siendo los mismos, guiados por su manera cosmogónica de interpretar la vida.

Antes, como ahora, las construcciones indígenas se hacían con materiales vegetales. Las formas de las viviendas difieren entre sí de acuerdo a las etnias, que tienen sus maneras particulares de construir su hábitat, dependiendo de las costumbres y formas de vida. Los goajibos por ejemplo, viven en las cercanías de los ríos afluentes del Orinoco, y construyen enramadas muy sencillos (hechos con palos atados a los árboles y cubiertos con hojas de palma), debido a su condición de nómadas.

Los yanomamis, por el contrario, viven en verdaderos ejemplos de casas colectivas, de inteligente sistema constructivo, llamados shabonos. Las casas colectivas, en las que conviven varias familias, también son utilizadas por indios piaroas, panares, maquíritares y baris, como también en la región Occidental de perijá, los motilones.

Los piaroas, que viven en plena selva, en el alto Orinoco, al este de puerto Ayacucho, son agricultores y conforman tribus sedentarias. Sus casas, conocidas como churuatas, albergan a grupos de ocho a 10 familias, que se distribuyen alrededor de los fogones.

La churuata piaroa es una construcción de planta circular, de aproximadamente 17 m de diámetro por 12 de alto. Esta carece de paredes laterales y tiene una sola puerta. La cúpula, tal vez el elemento más llamativo, llega hasta el suelo. La estructura de la churuata está conformada por un armazón de cuatro palos verticales, unidos entre sí por otros horizontales que sirven también para colgar las hamacas. Sobre la armazón central convergen las viguetas que forman un trenzado vegetal, cubierto con hojas de palma de moriche.

Los panares (asentados al sur de Caicar del Orinoco) también viven en casas colectivas circulares, muy parecidas a las churuatas, aunque también tienen casas con planta rectangular. Los maquiritares, igualmente construyen casas circulares ovaladas, con paredes de bahareque. Los indios Buddies, habitantes de la frontera de Venezuela con Brasil, construyen por su parte grandes casos diferentes de las anteriores: éstas son de planta cuadrangular, con un techo de dos aguas y paredes de tablones. En el interior figuran tres naves con divisiones delimitadas por esterillas de palma trenzada.

La etnia ye’kuana tiene una orientación fundamentalmente fluvial, razón por la cual levanta sus aldeas a orillas de los ríos, en la región de Guayana y el Amazonas. Sus miembros son conocidos como expertos navegantes. La churuata ye’kuana es cilíndrico-cónica. El techo es parecido al de la vivienda piaroa, con la diferencia de que paralelamente a la pared exterior le hacen un tabique semicircular, detrás del cual cada familia tiene su habitación. En el centro de la churuata el espacio es común para todos los ocupantes.

Estás churuatas, Son oscuras en su interior porque poseen dos aberturas opuestas que normalmente permanecen cerradas, en el techo figura una ventana gigante, que se puede cerrar a landó una cuerda construida con piel de tapir o danta.

Una última etnia que habría que mencionar es la de los waraos, qué al igual que los ye’kuana tienen una orientación eminentemente acuática. Sus casas, construidas a lo largo de las costas de los caños y ríos, tienen forma de palafitos, como los que se hacen en el estado Zulia.

Al sur, en plena selva hay pueblos no indígenas, influenciados por la cultura occidental. La mayoría de ellos son producto de la explotación minera. su arquitectura tiene marcada influencia Antillano, traída por los ingleses (concesionarios de minas de oro, hierro y diamantes). El caso más emblemático es el pueblo de El Callao, en el estado Bolívar.

Los pueblos mineros, en general, son asentamientos efímeros. Existen mientras las minas producen. Esto hace que se trate de pueblos anárquicos, sin planificación, y donde impera la ley del más fuerte.

 

Fuente: Atlas de traiciones venezolanas.