La palabra francesa luthéne, usada en varios idiomas, hace referencia al arte de construir instrumentos de cuerda. El nombre luthier se relaciona con los primeros luthiers, y proviene de la palabra francesa luth, a su vez procedente del árabe «laúd». Genéricamente A/’ud significa «la madera».
Un lutier o violero es una persona que construye, ajusta o repara instrumentos de cuerda frotada y pulsada. Esto incluye violines, violas, violonchelos, contrabajos, violas da gamba y todo tipo de guitarras (acústica, eléctrica, electroacústica, clásica), cuatros, bandolas, arpas, laüdes, tiorbas, mandolinas, etc. La violería en Venezuela y América se inicia después del segundo viaje de Cristóbal Colón, cuando en cumplimiento de órdenes explícitas dadas en junio de 1497 por los Reyes Católicos al Almirante (…así mismo deben de ir instrumentos y músicas para el buen pasatiempo de las gentes que allá han de estar»), debieron introducir por primera vez instrumentos musicales tales como la guitarra renacentista, la vihuela, el salterio y el arpa. Con seguridad estos instrumentos musicales despertaron tan alto interés en el Nuevo Mundo que los primeros violeros quisieron asimilar sus técnicas de construcción.
En Venezuela se ha seguido, probablemente, la influencia de aquellos instrumentos musicales que aparecieron en España entre los siglos XVI y XIX, aunque la existencia de un estímulo nacional ha resultado en una tradición de construcción artesanal propia, la cual se ha extendido paulatinamente por todos los rincones del territorio nacional.
En cuanto al aspecto social, si en los primeros tiempos estos instrumentos musicales de cuerda o cordófonos representaban uno de los privilegios de las clases dominantes, sus retoños, tales como el cuatro, la bandola y el arpa, poco a poco pudieron salvar esas barreras elitistas hasta llegar a todos los eslabones de la cadena social.
Ya desde finales del siglo XIX los violeros venezolanos llegaron a construir instrumentos excepcionales, tales como José Rafael Monterola en el Tocuyo, Juan Belisario Armas en Petare y José del Carmen Borges en Barquisimeto. Siguiendo sus influencias de construcción, a principios del siglo XX podemos Encontrar a artesanos con alta técnica de violería tales como Antonio Rojas y Pedro Maria Querales en Barquisimeto, Pedro Pablo Aldana, Martin Eduardo Gallardo, Vicente Maneiro y Lucas Rodriguez en Caracas, Mateo Goyo en San José de Quibor, Ramón Figueroa en Cumaná, Cruz Quinal en Cumanacoa, Luis Eladio Contreras en Peribeca, Cayetano Martinez en San Cristóbal, Misael Montoya en Barinas, José Alejandro Arzola en San José de Guaribe y así tantos otros, que realmente han enaltecido la artesanía musical venezolana. Asimismo, considero importante la presencia que ha tenido el lutier de origen español Ramón Blanco, quien vive en Caracas desde 1970 y el cual ha influido en el desarrollo de la nueva violería venezolana.
Sería imposible contar, hoy en día, el número de lutieres y artesanos poseedores de una alta técnica de construcción en nuestro país donde se pueden encontrar magníficos fabricantes de instrumentos de cuerdas. La mayoría se ha iniciado por modelaje o siguiendo una tradición familiar, sin asistir a escuelas o talleres, ni adquirir conocimientos en libros especializados.
Podemos mencionar a Eduardo Morales en Zulia, creador del cuatro campana: Antonio Navarro, en Carora, Ramón Figueroa y sus herederos, en Cumaná, fabricantes del cuatro oriental, el de suntuoso diapasón; Cruz Quinal, también de Cumaná, Creador del bandolín morocho; Mateo Goyo, en San José de Quibor, que junto a sus hijos ha sido guardián de la técnica tradicional del estilo montero, gran luthier ya fallecido; los hermanos Chirinos, herederos de Eladio Pérez Chirinos, en Carora; Misael Montoya, fabricante de arpas finas, Pedro Pablo Aldana, Ramón Blanco, Jorge Ball, Camilo Herrera, entre otros. Por razones de espacio sólo podemos rendirle homenaje a la vida y a la técnica de dos célebres artesanos: Ramón Figueroa y Antonio Navarro.
¿Sabías qué en la sede de la Fundación tenemos nuestro propio salón de luthería? Allí hemos dictado talleres para construir instrumentos de cuerda que retomaremos muy pronto.