Las tradiciones son una forma de reconectar con nuestras raíces, ya sea celebrando en una determinada fecha, conmemorando una figura o repitiendo algunas actividades a lo largo del tiempo; lo cierto es que las mismas están íntimamente ligadas y conforman nuestra identidad en sociedad, repitiéndose de generación en generación por el impacto de estas en la comunidad y el Cristo de la Salud de Petare no es la excepción de ello.
En el año 1868, cuando un brote de fiebre amarilla —o como lo llamaban en ese entonces, el “vómito negro” debido a su característico síntoma— se vuelve uno de los pesares más grandes que ha vivido la población de Petare, en medio de la desesperación de enterrar diariamente a un sinfín de personas en el cementerio de La Candelaria, decidieron encomendar la misión de erradicar esta enfermedad a una figura divina. Bien se sabe que los venezolanos históricamente han sido católicos, por lo que la solución propuesta por el padre Rosendo Orta, fue realizar una procesión del Niño Jesús Patrono del Pueblo, pero al tratarse de un problema de tal magnitud el maestro de capilla de Petare decidió encomendarla a un adulto: Cristo Crucificado.
“A nosotros nos dejaron una semillita y nosotros tenemos que dejar esa herencia” Alexis Machado.
Al ver los resultados de aquel voto de fe, de camino a la Iglesia El Calvario cuando los enfermos milagrosamente iban curándose uno a uno, tomaron la decisión de rendir homenaje a manera de agradecimiento durante el jueves de Semana Santa y cada 30 de septiembre. Desde novenas hasta limpieza a su figura días antes para la característica procesión, se han vuelto desde aquel momento un patrón generacional que repiten los petareños, siendo hasta el día de hoy más de 150 años de tradición, por lo que esta fecha puede considerarse uno de los hilos teje a tan colorida comunidad como lo es Petare.
Una de las historias más populares que gira en torno a esta fecha, es la creencia de que llueve cuando el Cristo no sale, ya que para el año 1948, un ventarrón con hojarasca azota a toda la comunidad, pero contra todo pronóstico la procesión se llevó a cabo, y una vez regresó la figura de Jesús a la iglesia, el cielo se aclaró y despejó por completo.
Fundación Bigott, al ser parte y hacer vida dentro de la maravillosa comunidad de Petare, considera de suma importancia el ensalzar tan importante fecha de distintas formas. Si quieres saber un poco más acerca de esta tradición, te invitamos a acceder al documental, disponible en nuestro canal de YouTube mediante el siguiente enlace: https://youtu.be/xCh3u9nlLPQ