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Puede decirse que el algodón y el lino son plantas textiles que se cultivan desde los más remotos tiempos. Se han hallado fragmentos muy antiguos de tela de algodón en Mohendjo Daro en el valle del Indo, Pakistán oriental, que permiten aseverar que desde el año 3.000 a.C. fue empleado como materia prima para la fabricación de telas.

En textos de himnos hindúes del año 1500 a.C. se hallan referencias a su uso. Herodoto, el historiador griego de la antigüedad, a quien debemos tantas e importantes referencias sobre los pueblos que recorrió en su época, aproximadamente en el año 445 a.C., escribe sobre el algodón de la India como sigue: “Poseen una especie de planta que produce en lugar de frutos, una lana de una cuaüdad más bella y mejor que la de los carneros. Los indios hacen de ella sus vestidos.” 132 Teofrasto, filósofo griego que vivió entre el 374 y el 287 a.C., se refiere a una especie de algodón, cultivada en una isla del Golfo Pérsico, como “una planta de hojas parecidas a las de vid, aunque más pequeñas y que produce lana.” Todavía hoy nos referimos -sin saberlo- a las sutiles telas que eran fabricadas de algodón en la antigüedad en la región persa de Mosul, que fueron conocidas por el nombre de su lugar de origen como muselinas, denominación que hoy persiste para designar un tipo de tela transparente y de fina trama.

Ya en el año 63 d.C. el algodón era transportado por caravanas desde la India hasta el Mar Rojo, como artículo de comercio. A partir del año 800 d.C. se encuentran abundantes relatos donde se hace referencia a los tejidos de algodón en los países orientales y a las plantas que lo producen, refiriéndose a ellas como una especie perenne, no anual como la que conocemos hoy. Los árabes, que dominaron la región mediterránea a partir del siglo vil d.C., difundieron el algodón -así como otros importantes cultivos hoy extensamente difundidos en las riberas mediterráneas- por todos los países del área. Su nombre, algodón, es de origen oriental, puede derivarse de la palabra árabe cutn, gotn o goz, y llamado en egipcio koutn.

Otros autores piensan que deriva de la palabra indostana godón y el articulo árabe al que significa el, cuya unión da el nombre algodón. En España, que permaneció siete siglos bajo dominación árabe, fue especialmente próspera la industria algodonera que se desarrolló en la región de Barcelona, entre los siglos x y xm de nuestra era. En América también fue usado para la fabricación de telas en fechas tan antiguas como el 2400 a.C., según el análisis de complejos tejidos, hallados en yacimientos de la costa norte del Perú. Igualmente hay referencias de su uso en numerosos países iberoamericanos durante la época colonial, que aparecen registradas en anotaciones realizadas por cronistas, historiadores y viajeros. 134 Joseph de Acosta, Martin Fernández de Navarrete, “Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XVI», citado en: Enciclopedia de Venezuela. T. I, Caracas. Edit. Andrés Bello S. A.

Las dimensiones de las plantas, las regiones donde se cultiva y la existencia de fibras de diversas calidades en las variedades de algodón americano, las describe con prolijidad el cronista Joseph de Acosta en su monumental obra Historia natural y moral de las Indias, quien escribe lo siguiente: “El algodón también se da en árboles pequeños y en grandes, que tienen unos como capullos, los cuales se abren y dan aquella hilaza o vello, que cogido hilan y tejen, y hacen ropa de ello. Es uno de los mejores beneficios que tienen en las Indias, porque les sirve en lugar de lino y de lana para ropa; dáse en tierras calientes, en los valles de la costa del Perú, mucho, y en Nueva España, en Filipinas y China, y mucho más que en parte que yo sepa, en la Provincia de Tucumán y en la Santacruz de la Sierra, en Paraguay y en otras partes donde es principal caudal. De las islas de Santo Domingo se trae algodón a España. En las partes de Indias donde hay algodón, es la tela que más ordinariamente visten hombres y mujeres y hacen ropa de mesa, y aún lonas o velas de naves… hay uno basto y grosero: otro delicado y sutil, y con diversos colores lo tiñen y hacen las diferencias que en paños de Europa vemos en las lanas.”

 

Texto extraído del libro Cultivos Tradicionales de Venezuela, editado por Fundación Bigott en el año