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Todos los joropos son uno

La dupla de antropólogas venezolanas Cecilia Fuentes y Daría Hernández explora las variantes del joropo criollo, conectándolas con sus raíces españolas.

El joropo es conocido como una expresión musical bailable de generalizada y larga tradición, hecho que ha valido para su asociación como factor de identidad venezolana. Como expresión de la cultura popular, posee relación con otras tradiciones de países latinoamericanos que tienen antecedentes históricos comunes. No sólo en Venezuela, también en México y en España, la voz “joropo” significa fiesta y alboroto.

Estudiosos de su forma musical vinculan el origen del joropo con el fandango español, género de cante y baile de tipo flamenco de diversas formas regionales en la península ibérica. En la obra Folklore y costumbres de España, en “El baile y la danza”, capítulo que suscribe Aurelio Capmany, existe una rica relación acerca de las diversas formas de bailes populares de ese país. Ahí se destaca la influencia arábiga en las manifestaciones de las danzas andaluzas, tanto en el fandango como en el fandanguillo, el jarabe que, según el autor, son seguidillas gitanas todas de canto y baile.

Existen tres tipos de joropo que se practican en amplias regiones de Venezuela. En ellos la música, los instrumentos empleados y la coreografía son característicos. Ellos son el joropo o revuelta tuyera, de los estados centrales –Miranda, Aragua y Carabobo–; el joropo llanero, que se interpreta en los estados Guárico, Portuguesa, Barinas y Apure, y se extiende hasta los llanos colombianos, y el joropo oriental, que se ejecuta en los estados Sucre y Monagas.

En todos los tipos de joropo los músicos, en su mayoría, han aprendido a tocar los instrumentos por oído, a través de la observación y participación directa. Similar importancia tienen los cantantes, quienes se distinguen por su capacidad de improvisar versos que bien pueden acompañar una melodía tradicional.

En el joropo tuyero o mirandino los instrumentos empleados son el arpa, las maracas y la voz humana –arpa, maracas y buche, se dice popularmente–. Las maracas se tocan en pares y quien las toca es, a la vez, el cantante. En la revuelta tuyera se suceden trozos de música instrumental con los acompañados por instrumento y voz, los intérpretes, por su experiencia, conocen cómo deben alternarse los trozos y cuándo pasar de una etapa a otra.

El joropo tuyero, al igual que el llanero tienen como principal acompañante el arpa tuyera o llanera, según el lugar. Aunque se trata del mismo instrumento, a diferencia del arpa clásica, ésta carece de pedales, tiene un número variable de cuerdas, entre treinta y treinta y siete, se distinguen por el tamaño de la caja de resonancia, la colocación de las clavijas para tensar y afinar las cuerdas, y el material del cual están hechas.

joropo_vzla1El arpa tuyera tiene la caja más ancha y cuerdas de metal, tripa y material sintético. Esta combinación le da el sonido característico, similar a un clavicordio. Por su parte, el arpa llanera es de caja más angosta, con cuerdas de tripa y material sintético.

Además del arpa, el joropo llanero se acompaña con maracas, ejecutadas en pares, y con un cuatro. El cuatro se tañe rasgueando, en forma similar a como se ejecutaba la antigua guitarra latina o ladina en Europa, en periodos anteriores al siglo XVI y cuyo uso era relegado al “pueblo bajo”.  Este instrumento se encuentra presente en casi todas las manifestaciones musicales de la población venezolana, y hasta en algunas indígenas.

En el joropo oriental, o con estribillo, el principal instrumento acompañante es el bandolín o la bandola oriental, con cuerdas colocadas en órdenes dobles, violín, cuatro, tambora y maracas. En el estado Sucre, en algunas regiones, el instrumento denominado cuereta –acordeón rústico– sustituye en ocasiones al bandolín, y se emplea también un tambor de estructura con una sola membrana que se percute con baquetas (tambor estribillo).

En Venezuela, tradicionalmente, los músicos y cantantes de joropo son hombres. En todas las regiones donde se llevan a cabo estos bailes existen numerosas ocasiones de reunión de músicos y hasta de desafío, en los cuales los diferentes intérpretes hacen gala de su destreza ante el público reunido.

Cecilia Fuentes y Daría Hernández

Revista Bigott/N°10/1987/29-34