Skip to main content
Patrimonio culturalUncategorized

La pesca artesanal en las costas de Venezuela

Venezuela es un país litoral con una franja costera de unos 2.800 km de largo sobre el mar Caribe. La costa atlántica incluyendo el golfo de Paria y la fachada litoral del Delta del Orinoco hasta Punta de Playa, se extiende aproximadamente 1.000 km. El litoral insular comprende alrededor de 300 islas, cayos e islotes. En consecuencia, Venezuela es un país de una definida vocación marítima, que tiene además la mayor extensión de costas en el mar Caribe.

Desde 1917 Venezuela ejerció su influencia en las reuniones que precedieron la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. En esa reunión se determinó una nueva norma de derecho marítimo: la zona económica exclusiva que cubre toda la extensión a lo largo de la costa a una distancia de 200 millas náuticas de la orilla. La zona económica exclusiva de Venezuela ocupa tres espacios marítimos separados: el del golfo de Venezuela, el del Caribe y el de Atlántico, y se ha estimado que la superficie del mar venezolano comprendido en ella se acerca a los 650.000 Km.

La zona del Caribe por ser la de mayor extensión, aproximadamente 2.350 km desde la península de Paraguaná hasta la península de Paria concentra la mayor parte de los pescadores artesanales (61%), resulta ser el espacio marítimo ideal de la pesca artesanal en sus diversas modalidades y prácticas. El mar Caribe tiene dos elementos que afectan la línea costera continental en dirección este-oeste: las corrientes marinas que llegan a desplazar hasta 30 millones de metros cúbicos de agua por segundo, y los vientos alisios que son constantes todo el año y alcanzan su mayor intensidad de enero a junio. Ambos factores son determinantes en la formación de puntas arenosas, tan comunes en la toponimia geográfica de la costa y de innumerables albuferas o lagunas litorales en las zonas de costas bajas, las cuales por sus biológicas son altamente productivas de peces, crustáceos y moluscos.

La plataforma continental, subsuelo o lecho marino, entre las penínsulas de Paraguaná y Paria es estrecha y en el litoral central es prácticamente inexistente. Alcanza su mayor extensión entre las islas de Margarita, Coche y Cubagua y los archipiélagos de Los Frailes y Los Testigos. En lo que se refiere a los extensos territorios submarinos que se encuentran frente a la plataforma continental, destacan por su importancia en dirección este-oeste:

  • La hoya o cuenca de Venezuela, con profundidades variables entre los 2.000 y 5.000 m.
  • La fosa de Bonaire, situada entre el continente y la cadena insular formada por las Islas de Sotavento y caracterizada por una impresionante longitud de 300 km, una anchura de 80 km y profundidades que sobrepasan los 2.000 m.
  • La depresión de Los Roques al norte de la cadena insular Aruba-La Orchila, que tiene cañones submarinos con profundidades hasta de 5.000 m y la fosa de Cariaco, situada frente a las costas de Higuerote, Barcelona y Cumaná, entre la plataforma de Unare, el farallón Centinela, el banco de La Tortuga, las islas de Margarita y Cubagua
  • La Península de Araya, formada por dos cubetas, una oriental y otra occidental, en forma de ojal, tiene una longitud cercana a los 200 km, una anchura aproximada de 30 km y

una profundidad promedio de 1.400 m.

En lo que se refiere a la morfología costera en la franja litoral caribe, de oeste a este: la Península de Paraguaná es el mayor saliente norteño que tiene el territorio venezolano. Se separa del continente y penetra en el mar como una avanzada adquiriendo un carácter insular pero permanece unida a tierra firme por un istmo rocoso que bordea el golfete de Coro por el este.

La costa occidental con sus fondeaderos naturales, ensenadas tranquilas y arrecifes coralinos tiene los núcleos más importantes de pesca artesanal de la península. En dirección norte-sur, las rancherías de pescadores se encuentran en Morro del Chaure, Punta Macolla y Punta de Jacuque, luego dos pueblos de bahía, Villa Marina y Amuay, han tenido una larga tradición de pesquerías artesanales. Hacia el sur, entre el continente y la Península de Paraguaná está el golfete de Coro. De aguas poco profundas y de alta salinidad, todas sus orillas son llanas y lodosas; allí se encuentra un caserío llamado Prudencio donde se practica la pesca artesanal a un nivel estrictamente familiar. Desde Adícora hasta la Vela de Coro, las arenas están compuestas de fragmentos de algas, corales y moluscos, las playas son extensas, desoladas y cubiertas esporádicamente por rocas de playa.

De la Vela de Coro hasta Puerto Cabello las costas tienen anchas llanuras de aluvión y sedimentos terciarios, tales como areniscas, calizas y lutitas. Las aguas son someras, formándose barras y bajos de arena y roca. En los alrededores de San Juan de los Cayos, Chichiriviche, Cayo Sombrero y Tucacas existen arrecifes coralinos y bosques de manglar. Las costas del Golfo Triste son llanuras aluviales y las playas son arenosas. Los asentamientos de pescadores artesanales a lo largo de esa costa están ubicados en la Vela de Coro, Puerto Cumarebo, San Juan de los Cayos, Chichiriviche, Tucacas y Puerto Cabello.

Entre Puerto Cabello y Cabo Codera, la Cordillera de la Costa se hace presente, delimitando costas erosionales de frente de montaña. Pequeñas ensenadas y bahías resguardan caseríos y pueblos de pescadores artesanales, tales como: Patanemo, Ocumare de la Costa, Cata, Cuyagua, Choroní, Puerto Colombia, Chuao, Puerto Maya, Puerto Cruz, Naiguatá, La Sabana, Chuspa y Chirimena. De Cabo Codera a Barcelona, las costas son de sedimentación o de llanos aluviales y tienen un origen fluvial por los aportes de los ríos Tuy, Unare y Neverí. Estrechos cordones arenosos separan del mar la secuencia de las lagunas litorales de Tacarigua, Unare y Píritu, reservorios naturales para la cría de camarones, lisas y lebranches. En los pueblos de las inmediaciones, Tacarigua de la Laguna, El Hatillo, La Cerca y Puerto Píritu se practica la pesca artesanal. No obstante, esta presencia, en esa larga franja costera, ante el predominio de los desarrollos turísticos, los núcleos de pescadores artesanales son escasos.

Pesca artesanal Venezuela

Entre Barcelona y Cumaná, existen múltiples ensenadas y bahías abiertas, y cerradas, de aguas tranquilas por la relativa escasez de corrientes, poseen una gran riqueza de fauna y flora marina. En los islotes La Peña, La Morena, Islas Caracas y La Negada en el golfo de Santa Fe; La Borracha y las Islas Chimanas; frente a Puerto La Cruz y Guanta existen rancherías permanentes de pescadores artesanales que acostumbran vender sus capturas en el mercado pesquero de Santa Fe, y éste, junto a la lonja pesquera de Cumaná, son los centros de acopio y distribución más importantes de la zona.

El golfo de Cariaco, situado al sur de la península de Araya, es un enclave de abundantes recursos pesqueros. Las corrientes arrastran durante casi todo el año, en dirección oeste, las aguas superiores hacia la salida del golfo al mar entre Punta Arenas y Cumaná. En las orillas se alternan el bosque de manglar, farallones que caen verticalmente al mar, lagunas playas estrechas de arena o de piedra y grava. En la costa norte del golfo se encuentra aferrados a pequeñas lagunas o ensenadas los pueblos de pesca artesanal: Chiguana Guacarapo, La Angoleta, Laguna Madre, Laguna Chica, Puerto Real, Los Salazar, El Ojeo, Los Cañones, Las Tacuas, Merito, Tacarigua, Manicuare y Punta Arenas.

La costa continental en el extremo nororiental del territorio venezolano está formada por las penínsulas de Paria y Araya. En esa franja litoral, en Punta Araya y Carúpano, los principales pueblos de pescadores artesanales son: Punta Araya, El Rincón, Guaranache, Caimancito, Guayacán, Chacopata, Manza Saucedo, La Esmeralda, Guatapanare, Guaca, Playa Güiria y Playa Grande. Seguidamente, en un área intermedia entre las penínsulas de Paria y Araya, Puerto Santo, a Morro de Puerto Santo y Río Caribe, son centros pesqueros que tienen jerarquía urbana y concentran el mayor flujo de capturas de todo el área peninsular.

En la península de Paria existen caletas y pequeñas bahías de agua profundas y playas arenosas que se han formado por los sedimentos que arrastran innumerables ríos y arroyos que descienden de la serranía y desaguan en el mar largo de la costa, de oeste a este, se encuentran localizados los siguientes pueblos queros artesanales: Cangua, Querepare, San Juan de las Galdonas, Guacuco, Gua ro, Puerto Caballo, San Juan de Unare, Cipara, Boca de Cumaná, Chuao, Santa la Tacarigua, Puerto La Cruz, Puerto Viejo, Mejillones y Uquire.

La pesca artesanal tiene en la isla de Margarita una sólida tradición histórica. En nuestros días, es uno de los centros de producción pesquera más dinámicos del país. Está formada por dos macizos montañosos unidos por un cordón litoral, donde está ubicada la Laguna de La Restinga con su bosque de manglar. Tiene una superficie aproximada de 1.000 km2 y una longitud de costa de unos 300 km en la que predominan playas de origen sedimentario. Los asentamientos de pesca artesanal están diseminados a todo lo largo de las costas de la isla, pero las mayores concentraciones se encuentran en la costa nororiental y en la península de Macanao.

En la costa nororiental están ubicados en dirección este oeste: Pampatar, El Cardón, El Tirano, Manzanillo, Guayacán, Pedro González, La Galera, Juan Griego, Las Piedras, El Yaque, Taguantar, Güirigüire y Palotal; en la península de Macanao, en la costa sur, de este a oeste, se encuentran Boca de Río, Gua yacancito, El Horcón, El Manglillo, Morro Blanco, Boca Chica, Punta Arena, y hacia el noreste Boca de Pozo, Robledal, La Pared, El Tunal, El Maguey, El Saco y La Restinga. En la costa sureste de la isla algunos asentamientos de pesca artesanal todavía persisten: Bella Vista, El Silguero, La Isleta, El Yaque, Punta de Mangle, El Guamache, Punta de Piedras, Laguna de Raya y Chacachacare. 

En lo que se refiere a las islas e islotes venezolanos o dependencias federales, en el mar Caribe, que en conjunto tienen una superficie estimada de 350 Km2, los asentamientos de pescadores artesanales, integrados en su mayoría por colonizadores margariteños, están ubicados en el archipiélago de Los Roques, La Blanquilla, La Tortuga, Los Frailes y Los Testigos.

En la costa venezolana ocurre un fenómeno biológico, conocido con el nombre de afloramiento o surgencia, el cual en la región oriental es mucho más pronunciado e influye de manera determinante en los altos de niveles de productividad primaria que tiene el ambiente pelágico. El fenómeno de surgencia costera se hace presente por la persistente acción de los vientos alisios que soplan de este y mueven las aguas superficiales hacia el noroeste o el norte; se produce así un desplazamiento de las aguas profundas hacia los niveles superiores, y estas aguas frías y de mayor salinidad son mucho más ricas en nutrientes por lo enormes cardúmenes se acercan a la costa. La surgencia convierte a Venezuela en la zona de mayor riqueza íctica de toda el área comprendida desde la costa caribe de Colombia hasta la Guayana Francesa.