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Patrimonio cultural

Pesca mar adentro

Es aquella que está destinada a la captura de especies demersales o pelágico-oceánicas, especialmente a la pesca de meros y pargos, con embarcaciones que pueden alejarse considerablemente de la costa, más allá de la franja donde se practica la pesca costanera, y como cuentan con autonomía suficiente por estar dotadas de motor central y cavas refrigeradas, pueden permanecer en campaña durante varias semanas. A partir de 1983, cuando el signo monetario venezolano inició una devaluación progresiva, el pargo colorado, por su extraordinaria abundancia y valor comercial, en contraste con las otras especies de pargo -cebal, dientón, guanapo, caballo, yaguaro y cotorro- aumentó considerablemente su precio en los mercados nacionales; asimismo, J. Celaya Linaza y L. W. González Cabellos, Descripción de ¡a pesquería de altura de pargo d ei estado Nueva Esparta, 1988. J22 F. Cervigón, Evaluación del recurso pargo-mero en el área de Guayana, 1992. _33 L. W. González, “Análisis de la situación de la pesca pargo-mero en Venezuela1′, 1990. las pesquerías de altura y media altura, comprendidas en la pesca mar adentro y que tienen entre sus objetivos primordiales la captura de estas especies, comenzaron un proceso expansivo de inversión de capitales para la adquisición de embarcaciones. Gracias a los convenios pesqueros suscritos por Venezuela con Trinidad y Tobago en 1977 y 1985, y con Suriname en 1986, los pescadores artesanales venezolanos pudieron incursionar en la zona económica exclusiva de estos países para realizar faenas de pesca, y comercializar en divisas el producto en puertos extranjeros, aumentando los rendimientos. Con la Guayana Francesa el aprovechamiento de los recursos pesqueros y la cooperación dependen del régimen unilateral que establece el Reglamento de la Comunidad Económica Europea (NQ170-83), mediante el cual se les concede licencia a las embarcaciones venezolanas, a través de los Ministerios de Agricultura y Cría y Relaciones Exteriores, para pescar en las aguas territoriales de ese país.— Los desembarques regulados por esos convenios se hacen en Paramaribo y Cayena, sin embargo, los pescadores dependiendo de la oferta y la demanda acuden también a vender sus capturas a los puertos de Martinica y Granada, mientras que en Venezuela los desembarques tienen lugar en el puerto de Güiria y en el Morro de Puerto Santo, en el estado Sucre.— La flota de pesca mar adentro que tiene como puerto base Las Piedras, en la península de Paraguaná, opera en aguas territoriales venezolanas al norte del golfo de Venezuela hasta el archipiélago de Los Monjes, y los desembarques además ser comercializados en el puerto base ocurren también de manera furtiva en Aruba y Curazao. Se ha estimado que en la década de 1980 la flota de altura y media altura existente en el país se incrementó alrededor de un 150%. En 1983 apenas contaba con unas 400 embarcaciones, sin embargo en 1988 esta cifra se duplicó y en 1989 llegó a tener un poco más de 1.000 unidades; ese mismo año la región oriental concentró el 86 % del total de la flota mientras que el resto se distribuyó en proporciones similares entre la región central y la occidental.— La producción estimada de la flota parguera de altura en 1989 fue de 8.820 toneladas métricas, correspondiéndole al pargo el 92,12%. En 1990 esa producción ascendió ligeramente a 9.856 toneladas de las cuales el 86,54 % fue de pargo. Los principales puertos base de la flota que pesca mar adentro en la región oriental están localizados en la isla de Margarita, en la península de Macanao en Boca de Río, Boca de Pozo y Robledal y en la costa norte en Juan Griego, La Galera y Pedro González. El muelle pesquero y el astillero de Chacachacare, constituyen también una importante infraestructura de apoyo. La mayor parte de las embarcaciones utilizadas en la pesca mar adentro aprovecharon la estructura del “tres puños”, el cual anteriormente operaba por toda la costa del país propulsado por el viento y las tres velas que lo caracterizaban: el foque, la trinquetilla y la vela mayor, y ésta por tener tres puños le dio nombre a la embarcación: uno que iba a la parte anterior de la botavara o comas, otro a la parte posterior del mismo palo y el tercero, o superior, que iba unido al mástil, servía para izarla vela principal quedando casi en posición paralela al mismo.

Pesca mar Caribe

Texto extraído del libro La Pesca Artesanal, editado por Fundación Bigott en el año 1994.