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Tradiciones venezolanas

Santos inocentes: Locos y Locainas

El día 28 de diciembre, cuando la liturgia cristiana conmemora la Degollación de los Santos Inocentes, en casi toda Venezuela se realizan por tradición numerosas manifestaciones populares asociadas a esta fecha, incluida dentro del ciclo de la Navidad. Como ya hemos dicho, este tipo de celebración se practica desde la Edad Media, pero su origen se remonta a las llamadas Saturnalias. El sacrificio humano formó parte de rituales muy antiguos de religiones orientales, de las cuales tomó elementos el cristianismo y también puede señalarse que la supresión de herederos no deseados integró parte de ritos de comunidades muy antiguas, que puede relacionarse con la matanza que, según la Historia Sagrada, fue instruida por Herodes.

La fiesta de los locos tuvo en sus inicios fecha movible, siempre entre el final del año y principios de enero, como las llamadas calendas. Sin embargo, sus nombres de “festum subdiaconorum”, “stultorum” o “festum baculi” corresponden a su vinculación con los rituales que realizaban sacerdotes de la propia Iglesia Católica. La fiesta de los locos tuvo, desde luego, en sus principios conexión con rituales paganos. Las exageradas formas de comportamiento llevaron a la censura de dichas prácticas, que llegaron a parodiar la misa y burlar a los prelados, al tiempo que permitía toda clase de sátiras a la sociedad de la época. Según Nilda Guglielmi, en su obra Marginalidad en la Edad Media, «hay memoria de las farsas procaces que el día de los inocentes del año 1498 se vieron en Tournai. Por tanto, la fiesta tenía como parte más importante la parodia de la misa, pero a ella se agregaban representaciones dramáticas, cantos, danzas, mascaradas, juegos de azar.

Caíste por inocenteEn nuestro país encontramos que, para la fecha, una forma burlona se hace presente en las relaciones y se realizan toda clase de juegos para hacer “caer por inocente” a amigos y desconocidos. Las de tal arraigo esta tradición, que hasta los más importantes diarios nacionales se permiten publicar noticias inverosímiles para aclarar, al día siguiente, que se trataba de un “juego de inocentes”. En fin, un día para decir y hacer lo que le venga en gana, trajeados de locos, mamarrachos, que ejercen una autoridad efímera pero legitimada por la costumbre, locos, locainas y Zaragozas tienen en la España medieval su inmediata referencia.

En número significativo de pobladores del interior del pais, el 28 de diciembre es día de la aparición de los locos y locainas, conocidas más en el Oriente como mamarrachos. Por regla general, personajes masculinos interpretan en las calles el papel de locos, trajeados de modo andrajoso y con frecuencia llevan el rostro ennegrecido o bien enmascarado y aun cuando en algunos casos sólo se dedican a deambular y solicitar la limosna de los ciudadanos, en otros realizan papeles sencillos, de carácter mímico. Ocasionalmente, estos personajes interpretan o son acompañados en piezas musicales populares. En los estados occidentales, este tipo de expresiones recibe el nombre de locaina, y en ellas se da mayor participación popular, puesto que ocurren grupos de músicos que acompañan a los disfrazados en su recorrida, quienes despiertan curiosidad y simpatía con sus portabanderas y armas de utilería y sombreros adornados, en vistosa comparsa.

Los “locos» hablan y cantan con frecuencia en falsete, de modo de desorientar a los paisanos acerca de su verdadera identidad y se recrean expresándoles mensajes que descubren confidencias, o directamente burlas que desconciertan y divierten a los presentes.

Texto extraído de la Revista Bigott #9, editada por Fundación Bigott en el año 1986.