Las fiestas rituales, testimonios vivos de la fe, son la expresión más hermosa, conmovedora y espectacular de la religiosidad del pueblo venezolano, mayoritariamente católico; convocan masivamente a la población y propician la constitución de organizaciones que, además de velar por el brillo de las ceremonias y el cumplimiento de las etapas que la tradición marca, generan lazos de solidaridad y hermandad entre sus miembros. Son unas de las manifestaciones más notables de la cultura popular y en ellas se hallan presentes los aportes de los grupos indígena, europeos y africanos que formaron el núcleo original de nuestra nacionalidad. En este artículo, podrás conocer un poco más sobre el origen y la forma en la que se celebran algunos de los Santos Patronos en los distintos pueblos y ciudades de Venezuela.
San Antonio de Padua
Larga tradición tienen en el país los festejos dispuestos por la iglesia para honrar a San Antonio de Padua. Muchas poblaciones de nuestra geografía llevan el nombre del santo; el 13 de junio en ellas se celebran solemnes misas. Es momento de cumplir promesas por los favores prodigados para alcanzar beneficios de salud, por la recuperación de objetos perdidos y por el encuentro de una buena pareja. En el templo, el altar del santo es adornado con abundancia de flores y también frutos, todo lo cual nos remite al carácter general de las celebraciones del ciclo de fiestas del solsticio de verano asociadas a la fertilidad.
En la víspera se rezan rosarios y otros actos que varían en cada región. Pero en todas aquellas comunidades donde existe esta devoción se preparan los llamados «panes de San Antonio», que son bendecidos y luego repartidos entre los feligreses al terminar el oficio religioso de ese día. Estos panecillos se preservan en los hogares en la creencia de que tendrán alimento durante todo el año. El día de la fiesta se efectúa además de misa solemne con nutrida asistencia, la peregrinación de los fieles que hacen público pago de promesas ataviados con indumentaria semejante a la imagen del santo, llevando milagros o exvotos, o ramilletes de flores; los agradecimientos también pueden expresarse con la realización de velorios, rosarios en casas particulares o participando en la fiesta popular. Las calles son escenario de recorridos procesionales organizados por sociedades religiosas y tienen amplia participación del colectivo.
San Juan Bautista
La fiesta consagrada a San Juan Bautista fue establecida por la Iglesia en fecha correspondiente al día del solsticio de verano. Como en el caso de la Navidad, se guarda la antigua y extendida tradición de realizar en muchos lugares oficios a la medianoche, al amanecer y al mediodía. En casi todo nuestro país se hacen diversas prácticas con fines amorosos, curativos y de fertilidad, pero la celebración con bailes rituales se lleva a cabo fundamentalmente en la región central norteña:
Carayaca, Caraballeda, Caruao, Chichiriviche, La Sabana, Naiguatá, Oricao, Osma, Oripoto, Puerto Cruz, Tarmas y Todasana, estado Vargas; también en la región de Barlovento, en las poblaciones de Aragüita, Caucagua, Cúpira, El Guapo, Capaya, Higuerote, Aricagua, Birongo, Chirimena, Guayabal, Mamporal, Tacarigua de Mamporal, Río Chico, Tapipa, Guarenas, Guatire, Santa Teresa, Santa Lucía, San Francisco de Yare y Panaquire en el estado Miranda.
Es arraigada la creencia de que para la fecha del solsticio, las plantas adquieren cualidades especiales para ayudar a quienes piden la recuperación de la salud; se le considera a San Juan como poderoso apoyo para el logro y continuidad de prósperos negocios, es apreciado como un amigo entrañable y solidario que sabe disfrutar de la alegría del baile y la parranda de tambor.
Parranda de San Pedro
En las ciudades de Guatire y Guarenas, estado Miranda, existe la tradición de conmemorar el día 29 de junio con la Parranda de San Pedro, patrocinada por una hermandad religiosa que participa en la procesión y especialmente en un baile ritual con importantes elementos teatrales. Al nutrido cortejo de la procesión se incorpora el grupo de parranderos, integrado por los Sanpedreños, con sus rostros embetunados, trajeados de levita y pumpá, pero con rústicos calzados de cuero que llaman cotizas; los Tucusitos, representados por una pareja de niños vestidos con camisas, pantalones bombachos y gorros bicolores. Todos rodean a María Ignacia, protagonista del grupo, interpretada por un hombre que va ataviado a la manera femenina, y lleva en sus brazos una muñeca a la cual trata como a su hija.
Se pretende que el personaje que representa la María Ignacia recibió hace muchos años el favor de San Pedro por restituir la salud de su pequeña hija, así lo pregona en su baile de pago de promesa. El grupo hace su recorrido actuando en calles y casas y los Sanpedreños hacen fuertes zapateados que ganan aplausos, brindis y donativos.
San Benito de Palermo
El culto a San Benito de Palermo, San Benito el Moro o San Benedito, está extendido en el occidente de nuestro país, en los estados Zulia, Trujillo, Mérida, Falcón y Lara, donde durante el mes de diciembre y hasta enero es objeto de calurosas demostraciones de fe. Es posible que la devoción hacia el santo negro se difundiera desde el sur del lago de Maracaibo hacia los Andes, por las vías de comunicación que se establecieron para el transporte de productos agrícolas desde las zonas altas hacia los puertos ubicados en las márgenes del lago, para ser comercializados en diferentes lugares. Las celebraciones en honor de San Benito tienen en la región andina, características muy diferentes a las que se realizan en las poblaciones zulianas. En todos los lugares, desde el mes de octubre sus devotos se organizan en cofradías, en las cuales se inscriben como Vasallos o Esclavos del Santo.
Desde el primer sábado del mes de octubre los devotos organizados en cofradía inician la colecta de limosnas para reunir recursos económicos para las fiestas. La sociedad de vasallos evidencia una fuerte estructura jerárquica que le permite realizar con disciplina el régimen de ensayos, colectas, procesiones y bailes en homenaje a su patrono, que en nuestro pueblo se conmemora en fechas no correspondientes a las que ha designado la Iglesia para honrar a este santo.
Fuente: Fiestas tradicionales de Venezuela. (2012)