Un compositor auténtico está siempre en disposición de componer. Lo que hace falta es que se presente el motivo. Eso ocurrió con Caballo viejo. No era que yo tenía amores con ninguna muchacha pero el conocimiento de lo que dice la canción estaba ahí. Estaba yo grabando uno de los programas de Venezolanamente en Apure. Estoy el viernes en el hotel de San Fernando y le pido a uno de los productores que me consiga un conjunto con un cantante para la grabación. El sábado se presenta el conjunto con una cantante bonita, preciosa, llanera. Hacemos la grabación y en la noche del sábado estábamos comiendo una ternera, como a las 7, 8 de la noche y el arpista empezó a tocar y a hacerle versos a la muchacha y se paró un muchacho, novio de ella, a contrapuntear conmigo y me decía «viejo, viejo, tú estás viejo para ella» (yo tenía 50 años cuando eso y la muchacha unos 19). Entre las cosas que me decía era que yo estaba para que me dieran sabana (el caballo cuando está viejo le dan sabana para que termine de vivir). Después que hicimos el contrapunteo y la gente aplaudió, al día siguiente, el domingo, cuando nos estábamos desayunando le pregunté a los muchachos: ¿Se acuerdan el contrapunteo de anoche?». «¡Claro, Simón, qué cosa tan buena!», me dijeron.
«Bueno, oigan esto», les dije y les canté: Cuando el amor llega así de esta manera / uno no se da ni cuenta / el carutar reverdece, el guamachito florece / y la soga se revienta / Caballo le dan sabana porque está viejo y cansao / pero no se dan de cuenta que un corazón amarrao / cuando le sueltan las riendas es caballo desbocao / Y si una potra alazana / caballo viejo se encuentra / el pecho se le desgrana / y no le hace caso a falseta / Cuando el amor llega así de esta manera / Uno no tiene la culpa / quererse no tiene horario /ni fecha en el calendario / cuando las ganas se juntan / caballo le dan sabana / porque está viejo y cansao / y se va por la mañana con su pasito apurao / a verse con su potranca que lo tiene embarbascao. (El barbasco -aclara el autor- es un veneno que usa el llanero para echarlo en el agua para que los peces salgan mareados a la orilla). El potro da tiempo al tiempo / porque le sobra la edad / Caballo viejo no puede perder la flor que le dan / porque en esta vida no hay otra oportunidad … -El lunes ya la estaba cantando en mi programa Rumbos, coplas y canciones. Caballo viejo salió así, en una noche. Y la escribí alumbrado con velas porque no había luz -acota con picardía.
Adorador del habla popular, trata de preservar formas de uso cotidiano de las gentes humildes. Se ríe cuando algún intérprete, creyendo que se equivocó, le cambia los versos originales: -Cuando digo vide en lugar de vi una garza mora, lo hago intencionalmente; igual cuando escribo: «No se dan de cuenta». Me causa gracia cuando entonan: «No se dan cuenta», pensando que lo hacen de la manera correcta. Eso ocurre con infinidad de mis canciones. Ese mismo gusto por las palabras es el que lo llevó a estructurar los micros Pido la palabra, su proyecto más reciente, en el que responde a la curiosidad de los niños. Uno de los espacios está dedicado a la expresión mamadera de gallo: «mire, tío Simón, me dice uno de los muchachitos, yo quisiera saber de dónde sale eso que mi mamá le dice a mi papá cuando discuten: ‘Deje la mamadera de gallo, pues’. Y entonces yo le respondo: ‘Eso viene del juego de gallo. En la gallera un señor tiene su gallo y otro el suyo. Se acuerdan las peleas, se hacen las apuestas y lanzan los gallos a pelear. Uno de los gallos le mete a otro una espuela y le abomba el cuello que empieza a echar sangre. El dueño del gallo brinca, lo agarra y lo chupa para echar la sangre a un lado. Entonces el dueño del otro gallo, como eso está prohibido, dice: ¡Señor juez, me está mamando el gallo! El juez dice: ¡Está prohibido mamar gallo!». Él lo ha hecho y bastante. La gaita de las locas le costó en su tiempo serios reclamos de la comunidad gay. Después se dejó de esas bromas más propias de su hermano Joselo (según declaró en una de las centenares de entrevistas que le han hecho a lo largo y ancho de su trayectoria que alcanza ya 50 años), sobre todo después de advertir que su imagen derivaba hacia el paradigma. Las empresas y los políticos comenzaron a disputarse a este hombre de liquiliqui de punta en blanco y abierto al pecho, que se dio el lujo de regalarle una de estas prendas patrias a Joan Manuel Serrat en su última presentación en Caracas: «Le dije que se lo dejara abierto y caminara con las manos en los bolsillos, que iba a ver al Teresa Carreño venirse abajo. Y así fue. Aquello fue aplauso y aplauso».
Texto extraído de la revista Bigott #51-52, editada por Fundación Bigott en el año 1999.