¿Un Juego de pelota prehispánico en Venezuela?

Es creencia común que las maracas son herencia de las culturas indígenas, el tambor es venido de África y las cuerdas de Europa. Y ciertamente es así, pero no de manera absoluta. Sin embargo, investigando un poco, encontraríamos también maracas en las sociedades africanas y tambores entre los aborígenes prehispánicos.

Algo similar sucede con el juego, particularmente, el juego de pelota. Erróneamente pudiéramos creer la no existencia de este entretenimiento entre los aborígenes. Pero hay testimonio hallados por los conquistadores en distintas regiones de la América, incluida Venezuela. Sirva como referencia un interesante trabajo realizado por el profesor y etnomusicólogo (UCV) Hugo Quintana que da cuenta de diferentes instrumentos descritos por Cronistas de Indias, entre ellos una relación de Fray Ramón Bueno, quien informa sobre diferentes instrumentos musicales, entre ellos el tambor, también menciona (aunque sin profundizar) una pelota de resina que los naturales utilizaban para jugar.

http://saber.ucv.ve/bitstream/123456789/8495/1/M%C3%BAsica%20abrigen%20en%20los%20cronistas%20de%20Indias.pdf

En Barquisimeto, Edo. Lara, Rafael Torrealba Silva, ha pasado buena parte de su vida defendiendo la idea de un juego pelota existente en varios estados venezolanos que él no duda en señalar como herencia pre-hispánica: “(…) cuando Nicolás Federman entró por primera vez en Venezuela por Coro y recorrió esa zona árida de Siquisique a la costa, le llamó la atención ver a unos aborígenes jugando una pelota (…)” (“Reporte en la calle”: programa tv., regional. Rafael Torrealba Silva, entrevistado)

En la comunidad El Garabatal (Barquisimeto), se juega desde hace más de un siglo. Pero también en Barbacoas, Curarigua, Jabón, San Pedro, Trujillo (Carache), Caracas… En la actualidad se realizan torneos regionales y nacionales. Yo lo he visto jugar desde los años 1960, entre mi familia y amigos han existido jugadores. Es sabido que Don Pío Alvarado fue un destacado jugador de pelota criolla. En el “Manual de folklore”, escrito a mediados de los años 1950 por la investigadora Isabel Aretz, existe la fotografía de un juego de esa época en la comunidad Gamelotal, Edo Miranda.

El sr Bernardo Yépez, Cronista de Curarigua, habla de una versión distinta al origen prehispánico: “Silva Uzcátegui era de opinión de que ‘evidentemente es de origen español, tal vez con algunas modificaciones’…” (http://deportes-algomas.blogspot.com/2012/05/la-pelota-criolla.html)

Características del Juego de Pelota Criolla:

Dos equipos, conformados cada uno por cinco contendores juegan en un espacio dibujado sobre suelo de tierra: dos rayas paralelas (largueros), delimitan el espacio de juego (80mts aproximadamente), el área entre largueros tiene no más de 3mts de separación. Otros trazados incluyen los puntos de dos jugadas (Saque y Bolea), también la frontera que separa a los dos equipos.
Los jugadores se identifican con nombres muy particulares: “Partidario” que es el “capitán” del equipo, un “Contrarresto”, y tres “Palas”. La esférica es de fabricación artesanal. Un núcleo sólido (plomo o metra) está envuelto en cápsula de pabilo y varias capas de diferente material: pabilo, tela, lona, hasta la última capa que puede ser de piel de animal curtida o lona. Guarda cierto parecido con la pelota de béisbol, aunque algo más grande y blanda.
El objetivo del juego es lograr la mayor puntuación manteniendo la pelota en el campo contrario, algo parecido a lo que sucede con el tenis. Existen penalidades que suman o restan puntos: cuando la pelota toca el cuerpo del contrario (excepto la mano), cuando el saque se desvía y cae fuera de límites, cuando toca el terreno contrario sin ser devuelta, cuando pasa por encima de todos los jugadores contrarios y ninguno atina a devolverla.
La pelota se golpea con la mano cerrada. Los tipos de golpes se denominan: Bolea y Sotamano, de aire sin que la pelota toque el suelo.
Bote por debajo, Botibolio, Medio bote y Machete o Bote por encima: cuando la pelota haya tocado el suelo en su primer bote”.
Se considera en juego la pelota cuando el sacador y el resto lo convengan empleando para ello las palabras: “voy” y “venga”.

Hay en nuestras raíces culturales una rica historia que no terminamos de conocer y que bien vale el esfuerzo desvelar. Entonces situaríamos nuestros conocimientos actuales en un plano más objetivo. Afirmar o negar categóricamente lo que suponemos una verdad, tiene sus riesgos si no está lo suficientemente soportada.

Por otro lado, el juego de pelota criolla fue un importante entretenimiento del pasado cuyos vestigios aún se conservan aunque de manera tímida. Su existencia se remonta a momentos de la historia cuando no existían las grandes corporaciones del deporte que hoy conocemos. Para entonces contar o no con una cancha no era el impedimento: un patio, un pedazo de carretera poco transitado, un solar abandonado era el “estadio” ideal. Las circunstancias cambiaron, la cultura transformó. La lucha por volver a ese nostálgico pasado es noble, tiene su mérito. Pero en ese camino de retorno no podemos ignorar el contexto histórico que nos ha traído a la realidad que hoy vivimos.

José Esteban Pérez Sira

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