San Benito es objeto de una de las más firmes devociones cristianas que se festejan en Venezuela durante los últimos meses del año. Este culto de carácter religioso profano es de vieja tradición popular en tres estados del país, adquiriendo particularidades propias en cada región.
La festividad del Santo en el Zulia se lleva a cabo entre diciembre y enero, con diversas celebraciones en las cuales se destaca la participación de los chimbagueleros que ejecutan diversos golpes de tambor para animar la fiesta.
La tradición zuliana de las gaitas establece para determinadas fechas, en diciembre un canto de ronda en honor a San Benito donde se altera el canto entre coro y solista. Este grupo canta acompañado por dos tambores, uno ejecuta la tambora y el otro la tamborita.
El primero de enero es día de la celebración del Santo para los nativos de la población de Bobure, quienes se reúnen con habitantes que vienen de pueblos vecinos para llevar a cabo la procesión. Adelante va el abanderado, precedido por los capitanes y segundo por los tamboreros, hasta llegar a la iglesia donde escuchan la misa. Al salir del recinto, todos van siguiendo las imágenes del Santo y rociándolas con aguardiente y perfume. Bailan y cantan en las calles, al ritmo de los tambores chimbangueles.
El San Benito merideño es homenajeado el 29 de diciembre, cuando, desde tempranas horas del día, se da comienzo al “Rompimiento” y la figura del Santo preside la marcha que sale de la iglesia. Los creyentes llevan la imagen de su patrono en una carroza adornada con tela y flores, Las distintas sociedades se reúnen en un sitio especial donde se ofrendan con danzas al venerado. Después de la misa, el Santo recorre en procesión las principales calles del pueblo. Las filas de devotos conocidos como “Giros de San Benito” bailan alrededor de un palo de cintas, teniéndolo y desvistiéndose con movimientos graciosos y precisos. Los Giros hacen ante la imagen del Santo una ceremonia de saludo llamada “Danza de Frente” y continúan ejecutando otras figuras.
En Mucuchíes los “Vasallos de San Benito” danzan sin cesar agitando una maraca con la mano izquierda, entrechocan sus bastones y golpean con ellos el suelo. En las poblaciones del estado Trujillo la celebración se inicia en diciembre con un rosario cantado, para el cual se coloca la figura de San Benito junto a los Santos del pesebre hogareño. Luego se celebran tres ceremonias destinadas a ofrendar al Santo patrono, La primera de ellas es “La Gaita” donde se dedican coplas al “Santo Negro” para solicitar favores o agradecer aquellos que fueron cumplidos. La misma melodía es cantada por los Vasallos, aludiendo al carácter, habilidades, dones celestiales y color de piel de San Benito.
Luego el juego de “La Botella”, que comienza cuando el dueño de la casa coloca frente a la figura del santo una botella de aguardiente. Los devotos afirman que a San Benito le gusta beber; por lo cual, al compás de los tambores, los Vasallos lo bañan con aguardiente y recogen el líquido en un recipiente, afirmando que el contenido de la botella disminuye porque San Benito se lo bebió. Más tarde ponen la botella en el centro de la habitación y comienzan a bailar alrededor de ella. Una persona señalada por el dueño roba la botella, roba la botella y en seguida se simula su búsqueda. Cuando encuentran al supuesto ladrón, éste tiene que pagar la multa repartiendo el aguardiente a todos los presentes. Los Vasallos cantan coplas durante el baile y durante la pérdida de la botella. Al concluir el brindis, todos los devotos se acercan a la imagen y a sus pies efectúan la ofrenda. Vienen los cantos de despedida, mientras que los dueños de la casa obsequian a los Vasallos con comida y bebida.
La música que acompaña al culto de San Benito es muy variada pues incluye golpes de tambor, gaitas, invocaciones y novenas, entre otras formas musicales. En las región zuliana y parte de la trujillana se tocan diferentes golpes con cambios rítmicos muy fuertes. En los pueblos andinos predominan las gaitas, cantos populares con temas tanto profanos como devocionales para festejar al Santo. Los cantores entonan frases sencillas a una sola voz o en alternancia con el coro. Los instrumentos que normalmente se ejecutan en la región de Mérida son la guitarra, el violín, el cuatro, las maracas; mientras que en el Zulia destacan los tambores chimbangueles o chimbangles, el furruco, el bongó y algún instrumento de viento.
El vestuario de los celebrantes también varía de acuerdo al lugar. En la región zuliana hay poblaciones en las cuales los danzantes lucen trajes multicolores con tocados muy adornados; tienen rostros ennegrecidos y llevan en una mano un bastón o vara forrada en tela o pintada y en la otra una maraca para marcar el ritmo durante el baile. En las poblaciones andinas, los Giros Blancos, llevan pantalones blancos y camisa manga larga blanca, adornadas con cintas de seda de colores que producen un hermoso efecto con el movimiento y un tocado elaborado con papeles brillantes, flores y lazos. Los Giros Negros de Mucuchíes estan generalmente vestidos de negro y llevan los rostros embetunados, su tocado es hecho de tela o papel, adornados con plumas, flores y lazos. Las Giras pertenecen a las mujeres que visten camisas blancas, faldas negras y una cinta que les sujeta el cabello. Muchos niños se visten con capas a similitud del Santo, cuyo rostro y manos estan pintados de negro y luce una sotana azul, y un sombrero de paja cada vez que sale a la calle.
La celebración dedicada pone en evidencia la fusión entre los rituales católicos y las ceremonias que los africanos celebraban en honor a sus ídolos, pues el San Benito que se festeja en Venezuela poco se parece a aquel dulce y casto personaje religioso que trajeron los españoles.
Según los creyentes, son muchos los milagros que ha concebido este santo: curación de enfermos, protección de cosechas o prosperidad económica. En reconocimiento sus devotos le pagan promesas, y dicen que el Santo castiga a quien incumple con su compromiso, se lo asocia con la libertad, las fiestas, la bebida y el gusto por las mujeres, como una forma de acercarlo más a lo popular.