La Península Ibérica estuvo poblada originalmente por un pueblo denominado ibero en casi toda su extensión. Tales pobladores se dedicaban a la agricultura, la cría y la pesca, particularmente a la cría y a la caza del conejo cuya carne es m uy alimenticia y sabrosa. Los fenicios, cuyo origen exacto se desconoce y que muy probablemente son de procedencia atlante, llegaron a dicha península con el fin de obtener en grandes cantidades los conejos en que aquella tierra era pródiga, a los cuales distinguían con el nombre de span y de esta palabra, tal vez, según opinan algunos filólogos, se formó con el tiempo el término.
Hispania o España, nombre con el cual se conoce actualmente aquella península. Los fenicios eran grandes comerciantes y vendían los conejos en toda la cuenca del mar Mediterráneo. Muy posteriormente llegaron los árabes (hebreos) procedentes de la tierra prometida, territorio que está situado al este del Mediterráneo Oriental. Estos hebreos-árabes trasladaron a la Península Ibérica un canto triste, como de despedida que a lo largo del tiempo se denominó cantejondo. Por su parte, los árabes musulmanes llegaron a España a comienzos del siglo VIII de nuestra era y conquistaron, o mejor dicho, liberaron a gran parte del territorio ibérico y llevaron un canto alegre que se denomina cantoflamenco. Estos dos cantos, el jondo y el flamenco cobraron mucho auge entre los pobladores de la península y son denominados cantos madres porque han dado origen a muchas tonadas y bailes.
En Andalucía hay cantos denominados martinetes, soleares, y caracoles y polos. Los martinetes son cantos de faena de los herreros, quienes los entonan al son de los golpes del martillo sobre el hierro caliente; los soleares son cantos que entonan los agricultores cuando van sembrando o cuando van recogiendo la cosecha; los caracoles son cantos de pregón que entonan por las calles los vendedores de caracoles y otras clases de moluscos; los polos son cantos que entonan los pescadores cuando están preparándose en tierra para salir a pescar y después que han pescado. A finales del siglo XV Cristóbal Colón y sus marineros salieron de Puerto de Palos de Moguer, se dirigieron a las islas canarias y de allí al oeste mar adentro. En 1492 llegaron a una isla que los nativos llamaban Guanahaní y que ellos denominaron San Salvador. En su segundo viaje, junto con Américo Vespucio, llegó a La Española y de ahí se dirigió hacia el sur y descubrió la isla de Margarita, esto ocurrió entre 1495 y 1496, pero este viaje lo mantuvo en secreto (gracias a la investigación hecha por el escritor y epistemólogo de la historia, Demetrio Ramos, se sabe de tal acontecimiento). En 1497 por órdenes explícitas dadas a Cristóbal Colón por los Reyes Católicos los conquistadores debieron introducir por primera vez algunos instrumentos musicales: «Asimismo deben ir… algunos instrumentos e música para pasatiempo de la gente que allá han de estar”, 15 de junio de 1497.2 En su tercer viaje, en 1498, Colón llegó a la desembocadura del río Orinoco de donde partió hacia el norte hasta llegar a un sitio de la península de Paria, llamado Macuro, donde desembarcó descubriendo así el territorio que posteriormente se denominó Venezuela. En 1499 Juan de la Cosa, Alonso de Ojeda y Américo Vespucio desembarcaron en la costa occidental de la península de Paraguaná en un sitio denominado Punta Macolla (cabo San Román) y allí construyeron un fuerte que constituyó el primer establecimiento hispano en tierra firme, descubierto por el notable arqueólogo catalán, residenciado en Venezuela, José María Cruxent. Para entonces la parte noroccidental de este territorio era denominada por los aborígenes corohana o curiana que significa tierra de mucho viento o donde soplan los vientos. Esta región estaba poblada anteriormente por naciones indígenas, de la siguiente manera: caquetíos, caribes y ciparicotos en la parte norte; en la parte sur se encontraban los ayamanes, cuibas, gayones y jirajaras. Posteriormente formó parte de la provincia de Coquibacoa, que años más tarde se llamó provincia de Coro o de Venezuela. De Coro, fundada por Juan de Ampies Ávila, el 26 de julio de 1527, salieron expediciones con gente y ganado que fundaron otras poblaciones tales como El Tocuyo, Barquisimeto, Borburata y Nirgua. Del Tocuyo salieron expediciones hasta el centro y fundaron la ciudad de Caracas y otras poblaciones.
Texto extraído de la revista Bigott #49, editada por Fundación Bigott en el año 1999.